A ver, si esto fuera el Mundial de Qatar, el técnico está punto de gastar la primera ventana de cambios para arreglar el desaguisado que hay con la conformación inicial de los cargos regionales.

Ya no es ningún secreto que el seremi de Bienes Nacionales, Tomás Covacich, no solamente perdió la confianza de su partido adoptivo, el PPD, que lo recogió a última hora para así asegurarse un cupo en el Gobierno Regional. Ahora también le sacan en cara que no ha hecho ningún esfuerzo por conectar con la tienda, pero sí sigue coordinándose con su antiguo partido, el Socialista, y así lo deja ver en sus actividades y reuniones, donde prefiere hacer política desde, con y para ellos. Es por eso que todos en el PPD lo miran con desafección, y es uno de los principales candidatos a salir del cargo. Para su reemplazo suena fuerte su jefe de gabinete, Juan Pablo Alarcón, hijo del histórico locutor radial y ex consejero regional, Carlos "Superocho" Alarcón.

El caso del secretario regional de Economía, Christian Inostroza, corre por el mismo caudal, ya que su familia política, el Partido Radical, a través de su presidente regional, Christian Román Tombolini, ha trabajado infructuosamente pidiendo la salida de su correligionario, acusando que no se coordina con ellos ni tampoco con las demás reparticiones ligadas a Economía, como Sercotec y Corfo.

Se comenta que los nombres que suenan para reemplazar a Inostroza son el propio Román Tombolini, pero se vería mal, ya que es el presidente regional y él mismo ha pedido la salida. Se insiste en su jefe de gabinete Rodolfo Baier, pero su breve paso por la Subsecretaría General de Gobierno y su involucramiento con SQM, a pesar de que salió absuelto, hacen difícil su arribo al edificio Olivarí. Otro nombre que algunos plantearon es el del exjefe de gabinete de la seremi de Vivienda, César Sanhueza, quien actualmente cumple esa misma función en la Municipalidad de Concón, pero su nombre no reúne consenso. Además, su rol ha sido muy mal evaluado: lo responsabilizan por el conflicto en la salida y posterior demanda del exdirector de la Dirección de Obras, Julio Leigh, además de diversas descoordinaciones en el municipio de Freddy Ramírez. Mientras tanto están buscando otras cartas para presentárselas al ministro Nicolás Grau.

Simultáneamente, se está a la espera del eterno sumario de la Municipalidad de Valparaíso en contra de la seremi de Educación, Romina Maragaño, el que por estos días cumplirá como cinco años. A pesar que la Corte de Apelaciones de Valparaíso le ordenó a Jorge Sharp en febrero del año pasado concluir con esta investigación, desde el municipio porteño no solo han hecho caso omiso a lo dispuesto por la Corte, sino que también reconocen bajo cuerdas que no tienen para cuándo entregar el informe final. Fuentes conocedoras de la investigación comentan que todo indica que alguna sanción tendrá Maragaño. Recordemos que esta pesquisa comenzó por la malversación de fondos en el Estadio O'Higgins, que dependía de la Dirección de Desarrollo Comunitario, que dirigía Maragaño. Desde el Ministerio de Educación están expectantes, pues consideran que si la titular regional de esa cartera es sancionada, no podría continuar siendo seremi.

En otro sector, aún no hay nadie en la dirección regional del Serviu, donde se movió activamente la actual seremi del Trabajo, Susana Calderón, pero no quedó seleccionada por el sistema de Alta Dirección Pública. Quien sí está con opciones es el exjefe de gabinete de ese mismo servicio y militante del PPD, Héctor Soto.

Otro cargo que está ad portas de resolverse es el de la dirección del Servicio de Salud, Valparaíso-San Antonio (SSVSA). Quien correría con mucha ventaja es Rodrigo Riveros, que cuenta con el apoyo del Colegio Médico y cuyo nombre es bien visto por la ministra Ximena Aguilera.

Finalmente, dicen que la suerte de la delegada presidencial, Sofía González, estaría más que echada. Ningún parlamentario le presta ropa y, en plena crisis de seguridad, la jefa regional decidió irse a la Isla de Pascua. Un nombre que ha concitado apoyo en el Gobierno y es bien visto es el de la exseremi de Salud, Graciela Astudillo, también militante del PC, al igual que González, lo que haría todo muchísimo más fácil.

Ventana de cambios

Ha muerto Roberto Torretti (1930-2022), el epistemólogo o filósofo de la ciencia más relevante no solo de Chile, sino de Latinoamérica (ex aequo con Mario Bunge). Citado profusamente por autores de todo el globo, Torretti posee el raro privilegio en nuestras latitudes de haber publicado un artículo sobre geometría en la enciclopedia de filosofía digital más respetada del planeta: la Stanford Encyclopaedia of Philosophy, hecho que por sí solo da cuenta de su estatura intelectual.

Torretti escribió, con igual brillantez y profundidad, de geometría sin ser geómetra; de matemáticas sin ser matemático; de biología evolucionista sin ser biólogo; de física relativista sin ser físico; y de ciencia sin ser un científico profesional. ¿Por qué pudo hacerlo? Porque antes que cualquier otra actividad, Torretti fue un filósofo en el sentido clásico del término, interesado en la búsqueda de los principios fundamentales de la realidad, la naturaleza y el universo.

En esta empresa Torretti reflexionó a hombros de gigantes como Aristóteles, Kant, Cantor, Frege, Russell y Wittgenstein, con rigor y precisión infrecuentes para un filósofo latinoamericano, condenados como estamos a pensar desde la periferia o, como diría Derrida, desde las orillas. Torretti escapó a este designio para erigirse en un filósofo universal. De hecho, su asombroso Manuel Kant, publicado originalmente en 1967, es un libro de lectura obligada para filósofos profesionales en cualquier lengua y para todo interesado en la obra del pensador alemán.

El lector de Torretti no hallará en sus páginas oscuros aforismos y metáforas prodigiosas como en Kierkegaard y Nietzsche, ni tampoco el justificado pesimismo de Schopenhauer y Cioran. Lo que encontrará será una reflexión oceánica, lúcida y rigurosa, a la manera de sus héroes intelectuales Aristóteles y Kant. En este sentido, Torretti fue para la epistemología lo que Borges para la literatura: creadores de universos gélidos, artificiales y perfectos, habitados sin embargo por esas criaturas complejas y fascinantes que somos los seres humanos.

Por estos derroteros deambula la mayoría de sus obras, como El paraíso de Cantor y su Diccionario de lógica y filosofía de la ciencia, coescrito junto a Jesús Mosterín. Como Borges, Torretti comprendió que el elemento disruptor de la realidad es el de infinito y a esta idea orientó parte de sus investigaciones. "Nadie nos expulsará del paraíso que Cantor ha creado para nosotros", exclamó en su momento David Hilbert, antes de que Kurt Gödel derrumbara ese entusiasmo con sus teoremas de incompletitud.

Torretti, por tanto, a la manera de Cantor y Borges creó también un paraíso. Su lápida bien podría decir una frase con la que Eduardo Carrasco tituló uno de sus libros sobre Torretti:

"En el cielo solo las estrellas".