La llamada Mesa Aconcagua Ampliada es una importante instancia que analiza la crisis hídrica que afecta al valle que riega el río de ese nombre. En su última reunión se contó con la presencia de siete alcaldes de comunas ribereñas y con los directores regionales de los servicios del Ministerio de Obras Públicas (MOP) vinculados al tema del agua, su distribución y los proyectos relativos al uso del vital elemento.

Estuvieron presentes, además, representantes de los agricultores, que son los primeros afectados por la falta de agua tanto en sus producciones como en sus viviendas por falta de un adecuado abastecimiento.

El encuentro fue presidido por el gobernador regional, Rodrigo Mundaca, quien hizo de la crisis hídrica su bandera de lucha de su campaña electoral. Se plantearon en la reunión críticas a las políticas de distribución del riego en los diversos tramos del río y la situación particularmente grave que afecta a pequeños productores. El representante de la Dirección General de Aguas del MOP, Camilo Mansilla, anunció un proyecto piloto en la cuenca del río Ligua, que se traducirá en una iniciativa de ley. Anunció, además, la presentación de un plan de obras para el Aconcagua.

Destacando la importancia y la representatividad de la reunión, el gobernador Mundaca echó de menos la presencia de parlamentarios, advirtiendo que "se necesita legislar en materia de agua para proteger sistemas comunitarios de agua potable rural, necesitamos legislación para delimitar la caja del río, para aumentar la penalidad a prácticas inapropiadas en los cuerpos de agua". Insistió en la necesidad de hacer obligatorio el tratamiento de aguas servidas para darles un uso productivo, tarea para las sanitarias privadas.

Los puntos planteados por el gobernador son materia de ley, como lo es el tema general del agua, por lo que es lamentable la ausencia de parlamentarios. Los representantes abandonaron a sus representados.

Desde el punto de vista general de la labor legislativa, la representatividad del encuentro era una oportunidad para que los parlamentarios tomaran conocimiento integral del problema con sus protagonistas y con las autoridades locales, alcaldes, de comunas directamente afectadas por la crisis hídrica.

Sin duda, la crisis hídrica, que recorre todo el país, es un tema presente en el Congreso, pero al escuchar las voces que vienen desde donde más duele la enfermedad, las normativas en marcha se pueden perfeccionar y acelerar.

La situación afecta a personas y actividades productivas. En el verano que se va, la crisis ha estado golpeando las puertas de nuestras ciudades, de nuestras casas, mientras en los campos se ha instalado ya en forma definitiva. Esta realidad exige atención urgente desde todos los frentes y uno de ellos es el parlamentario, inexplicablemente ausente de la Mesa Aconcagua Ampliada.

Muchas veces nuestra incapacidad de comprender lo que líderes superiores, visionarios, pioneros, exploradores del futuro, testimonios de elevada moral y pureza exponen ante uno, nos invita a la reflexión sobre esta circunstancia. Y poner en el banquete civilizatorio preguntas simples y necesarias de hacer para no ser meros corderos de tan posibles superiores castas, ante nosotros modestos individuos incapaces de comprender. Peor aún, convencerse de una pequeñez que, por el contrario, es grandeza.

Esta confrontación con aquello, sostenido con un caminar sencillo, la evaluación sutil y práctica afirmada en la experiencia y los relatos de las anteriores generaciones junto a la sabiduría popular, sumada a la incursión en el conocimiento, la intuición y la emoción, asumiendo el prejuicio y la humana ignorancia, requiere recibir la luz del sol sobre el dogmatismo y la soberbia de unos y otros. Una primera pregunta puede referirse a si tales superiores seres son tales; y no se trate de una mera autopercepción o convencimiento afirmado en lecturas y triunfos de asambleas controladas según los manuales ya conocidos, o de pirotecnia comunicacional en la confianza que así se construye realidad.

Una prevención necesaria se basa en evitar la generalización. No todos los seres que representamos lo bueno y lo malo estamos definitivamente agrupados de una manera determinada, aunque la historia podría iluminar nuestra capacidad interpretativa. Afortunadamente, para el análisis habrá héroes y villanos dispersos por el mundo. Y eso es válido para mirar a los que nos desprecian y a nosotros mismos. No todos los que piensan distinto a uno consideran que somos incapaces de comprender. Más aún, comprenden sus propias derrotas y tratan de penetrar en las razones, de aprender de ellas y no proclamar que los otros somos simples marionetas de mensajes aplastantes. Muchos tienen la capacidad de respetar al otro como a sí mismo, sin declarar que somos incapaces de comprender su divino mensaje.

Hay muchos riesgos para una sociedad y su futuro cuando se habla desde pedestales de mármol, algunos de ellos pueden hacer mal para el alma, otros cultivar la tierra del autoritarismo, otros inocentemente sentar las bases de la precariedad de las instituciones, otros sembrar la fragmentación tan instrumental al populismo y la ingobernabilidad, otros debilitar las bases de la nación poniendo en riesgo su presencia en el mundo, otros jugar con la creación de lenguajes (siempre es bueno recordar a Orwell) de los cuales puede ser complejo escapar. La esperanza está en la persona que ve al otro como asimismo mismo, que aprecia el bien común como desarrollo y no un juego de poder, en aquel que desea pasar a la historia desde la coherencia y no desde el engaño envolvente, en aquel que sabe el precio presente de la decisión grande de largo plazo.