Flor Arbulú

Para quienes conocen el mundo del canto a lo poeta, el apellido Madariaga es un sello inconfundible. No por nada es una familia que tiene tres generaciones activas dedicadas a esta tradición popular que surgió en el campesinado del Valle Central; y han sido los gestores de uno de los más importantes encuentros nacionales de payadores que se realizan en su natal Casablanca.

En 2000, además, comenzaron a hacer talleres para formar a nuevas generaciones de canto a lo divino y a lo humano. "Somos pioneros en nuestro país de poder considerar que el canto a lo divino y el canto a lo humano debería contar con un taller de formación", comenta con orgullo Arnoldo Madariaga López, quien siguió la tradición de su padre -Arnoldo Madariaga Encina- en este mundo y cuya pasión se la heredó a su hija, Emma, quien a sus 15 años ya participa con ellos en el escenario.

Madariaga López asegura que estos talleres les han dado "mucho resultado". Es así como, sólo este año, han estado realizando clases en San Felipe, Petorca, Lo Abarca (Cartagena), Algarrobo, San Pedro y Melipilla. "Nos hemos dado cuenta también que a los encuentros que ha hecho el Consejo de la Cultura, a nivel regional y a nivel nacional, asisten muchos alumnos nuestros", dice y asegura que "satisface escuchar a nuestros alumnos. Tenemos alumnos, además, que ya están ellos haciendo talleres también. Eso nos alegra mucho".

Formadores de cultura

La familia Madariaga es, además, parte de la Asociación Nacional de Cantores a lo Divino y gracias a esto les toca "recorrer muchas partes de nuestro país y uno se da cuenta que sí existe la necesidad de talleres", dice Arnoldo Madariaga L. Y agrega: "Es por eso que nosotro hemos recorrido con mi papá desde la Cuarta hasta la región del Maule haciendo talleres o mostrando la existencia del canto a lo poeta en los colegios, porque los niños prácticamente no saben que existe".

Ello porque este género "no es del ámbito masivo. Es un canto, una tradición que viene de origen campesino, entonces no está en la educación docente, lo tienen que enseñar solamente los cultores porque hay modismos, hay costumbres, tradición que se hereda de herencia familiar", acota.

Toda esta labor dio sus frutos, ya que fue precisamente en la categoría de Formación que la familia Madariaga obtuvo el Premio a la Trayectoria en Cultura Tradicional Margot Loyola Palacios, creado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, y dotado con 8 millones de pesos.

Según cuenta Madariaga López fue un alumno de ellos quien hizo la postulación, "entonces nos sorprendió". "Ahora uno se da cuenta que sí merece algunas cosas, por supuesto que nos sirven harto", acota. Dice que le comentaron que en el acta de premiación uno de los puntos que se destacan es su trayectoria.

"Nosotros sabemos que hay mucha gente que merece premios también, pero lo que más nos alegra es que nuestro gremio, el del canto a lo poeta, sea premiado y esté ocupando un sitial que realmente se merece", manifiesta.

Para la directora regional de Cultura, Nélida Pozo, "la familia Madariaga viene realizando desde hace muchos años un trabajo de mantención, difusión y proyección de nuestras expresiones más auténticas del folclore, como lo son el canto a lo poeta y las payas, que están arraigadas en el canto popular y campesino. Ellos, además, se han preocupado de mantener el Encuentro de Payadores en Casablanca, y don Arnoldo ha sido capaz de traspasar sus conocimientos a las nuevas generaciones, tanto a su hijo como a su nieta Emma, preservando auténticas tradiciones de la cultura chilena".

"Mi papá tiene tres generaciones vivas al momento. Él dice que cuando el nieto canta, el abuelo ya se ha muerto, y él está vivo todavía y sigue vigente. Mi hija tiene 15 año, hay un sobrino también que tiene 30 y tantos años y también hace lo mismo. Esto continúa", asegura Arnoldo Madariaga López.

Los otros reconocidos

Junto a los Madariaga también obtuvieron el galardón el grupo La Chimuchina en la categoría de Creación y José Pérez de Arce en la de Investigación. El primero es un grupo de música y performance contemporáneo que, inspirado en la arqueología y etnografía, realiza un incansable trabajo desde 1991. Bajo el alero del Museo Chileno de Arte Precolombino, José Pérez de Arce y Claudio Mercado comenzaron un camino de creación artística con investigaciones realizadas en torno a las sonoridades prehispánicas, evidenciando una estética única, de sonidos muy distintos a los que trajo consigo la colonia española. Actualmente el conjunto lo conforman sus fundadores además de Francisca Gili, Christian Pino y Rodolfo Medina.

Pérez de Arce, en tanto, es un musicólogo y museógrafo que desde los años 80 ha estado ligado al desarrollo del museo antes mencionado, desarrollando un trabajo de investigación que ha recorrido desde la música de los pueblos originarios de Los Andes a otros distintos aspectos antropológicos de nuestras culturas originarias.

El ministro de Cultura, Ernesto Ottone, destacó que "es un reconocimiento que creamos para homenajear a la gran Margot Loyola, pero también para dar visibilidad al trabajo de innumerables cultores de la tradición popular chilena. Esta segunda generación de premiados representa el sentido de este galardón que entregamos en el Palacio de Gobierno, en la víspera de una nueva celebración dieciochera".

Los ganadores de la convocatoria 2016 fueron los integrantes del Conjunto Folclórico Cuncumén (Región Metropolitana) en la categoría Creación; el pedagogo en Artes Plásticas de Antofagasta, Fernando Alfaro, en Formación; y la investigadora Ruth Patricia Chavarría, proveniente de la Región del Biobío.

La entrega del Premio a la Trayectoria en Cultura Tradicional Margot Loyola Palacios se enmarca en la celebración del natalicio de la creadora, el 15 de septiembre, fecha que tras la firma de un decreto fue instaurada por la Presidenta Bachelet como el Día Nacional de la Cultura Tradicional y Popular Chilena.

"Lo que más nos alegra es que nuestro gremio, el del canto a lo poeta, sea premiado y esté ocupando un sitial que realmente se merece"

Arnoldo Madariaga L., Cultor"

sí merece algunas cosas"