En un ejemplar gesto de responsabilidad, representantes de la pesca artesanal se manifestaron partidarios de extender el periodo de veda de la merluza. La prohibición de la extracción de esa especie se mantuvo durante septiembre, pero los dirigentes de los pescadores postulan una extensión de la veda para facilitar la reproducción del recurso.
Destacando la responsabilidad de esos trabajadores la directora del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura, Alicia Gallardo, señaló la disminución de la captura ilegal del recurso, evidenciado en que la incautación del producto comercializado clandestinamente ha bajado en un 86%. Reveló además que los pescadores de Coquimbo dan cuenta de la aparición de especies de mayor talla, lo que comprueba que al respetarse la veda se extiende el ciclo de reproducción.
Por su parte, Manuel Rojas, presidente del Sindicato de Pescadores de Caleta El Membrillo, expresó que "en base a nuestra experiencias creemos que la veda de la merluza debiera ser un poco más larga, porque aún se está desovando" y propone extenderla octubre o noviembre. Agrega que esa extensión, que significaría menos ingresos, debería ir acompañado de una compensación para los pescadores. En la misma línea, Eduardo Quiroz, presidente de la Federación Nuevo Amanecer de Caleta Portales, también está de acuerdo en la extensión y en un subsidio, y agrega que la merluza "debería declararse patrimonio exclusivo de la pesca artesanal".
Apoya también una veda más prolongada, la coordinadora del Programa de Pesquería Sustentable de la fundación ecologista WWF, Vanesa Montes, indicando que científicamente está demostrado que la prohibición de un mes es "absolutamente insuficiente".
Todas estas declaraciones fueron formuladas el domingo, al celebrarse en la caleta El Membrillo el Día Nacional de la Merluza, celebración acompañada de un verdadero festival gastronómico con la presencia de gran cantidad público.
Pero más allá de la degustación y la alegría de los pescadores, hay que destacar la responsabilidad de esos trabajadores del mar, que velan por la preservación de una especie cuya extracción les da sustento. A la vez, hay que insistir en la importancia de la merluza como tradicional componente de la dieta popular, por lo cual su preservación y captura racional tiene gran proyección. Pero esta responsabilidad de la pesca artesanal no se puede limitar a la merluza; debe ser general en cuanto a la preservación de otros recursos del mar sobreexplotados, materia que supone control, sanción, pero, sobre todo educación a la población consumidora y a los mismos pescadores.