Marion Arce Paniagua,

Las variaciones hormonales que experimentan las mujeres durante el embarazo generan una serie de alteraciones fisiológicas y psicológicas en su cuerpo, la mayoría de las cuales son visibles y bien conocidas por ellas.

Entre esos principales cambios destacan el crecimiento del útero y la expansión del vientre, el aumento de tamaño de los senos -que a su vez comienzan a producir leche-, el incremento del peso y de la temperatura corporal, la aparición de manchas y estrías en la piel, mayor cansancio, antojos, altibajos en el humor e inestabilidad emocional.

A estos se suma otro que es bastante común pero del que pocas mujeres saben: la inflamación y eventual sangrado de las encías.

En efecto, diversos estudios realizados en el último tiempo confirman que existe una relación directa entre el embarazo y las enfermedades periodontales, como resultado de la mayor producción de estrógeno y progesterona.

Según explica la cirujano dentista Marion Arce Paniagua, especialista en Periodoncia y docente de la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso, durante el embarazo se produce un aumento en la respuesta al biofilm bacteriano -que está presente de manera natural en la boca de todas las personas- y, por ese motivo, en el caso de las mujeres embarazadas las encías se inflaman con mayor facilidad y quedan propensas a sangrar y padecer de gingivitis, una irritación que causa el enrojecimiento de dicho tejido que si no es controlada en forma oportuna puede derivar en una enfermedad más severa llamada periodontitis y, además, generar variadas complicaciones.

"Se ha observado que los cambios inflamatorios en las encías durante el embarazo comienzan en el segundo mes de gestación y alcanzan su punto máximo en el octavo. Luego, por lo general, se observa una brusca desinflamación en relación concomitante con la baja en la secreción de estrógeno y progesterona. En otras palabras, numerosas investigaciones han descrito un incremento en la prevalencia y en la severidad de la inflamación de las encías durante el embarazo, que desaparece tras el parto sin producir daños irreversibles. Sin embargo, también hay estudios que demuestran que las mujeres embarazadas afectadas por una enfermedad periodontal poseen un mayor riesgo de tener un parto prematuro, bebés con bajo peso al nacer, preeclamsia y diabetes gestacional que las mujeres no embarazadas", precisa la doctora Arce.

Las más frecuentes

Las enfermedades periodontales son un conjunto de patologías que se caracteriza por una respuesta inflamatoria a un desequilibrio bacteriano que afecta principalmente a las encías y a veces compromete de igual manera al tejido óseo que da sustento a los dientes. Entre las más conocidas figuran la gingivitis y la periodontitis, aunque son igualmente habituales los abscesos periodontales, las enfermedades necrosantes y las asociadas a lesiones endodónticas.

"En el caso de las mujeres embarazadas, las afección de este tipo más recurrente es la denominada gingivitis asociadas al embarazo, que registra un amplio rango (de 30% a 100%) de prevalencia. No obstante, la incidencia de ésta es de apenas un 0,03% entre aquellas mujeres que exhiben un buen control del biofilm bacteriano al inicio del embarazo y luego mantienen sus hábitos de higiene bucal durante el mismo", asegura la especialista de la Facultad de Odontología de la UV.

Esto último es importante, porque una gingivitis mal cuidada puede dar origen a una periodontitis, enfermedad mucho más severa que daña el tejido blando y puede destruir el hueso que sostiene los dientes.

Una tercera enfermedad periodontal relacionada con el embarazo es el granuloma piogénico, que se desarrolla como resultado de una respuesta inflamatoria exacerbada ante un estímulo irritativo, que en la mayoría de los casos corresponde al sarro o tártaro dental.

"Esta patología se caracteriza por un crecimiento anormal o hiperplasia de los tejidos de la cavidad oral, que va acompañada por un sangrado fácil y cambios de tonalidad de las encías, que pueden variar desde un púrpura rojizo a un azul intenso. Así, la encía se ve afectada en un 70% de los casos, seguida por la lengua, los labios y la mucosa bucal. Luego del parto generalmente la lesión disminuye o desaparece completamente", precisa Marion Arce.

Tratamiento

Todo tratamiento de estas patologías pasa primero por la prevención y el autocuidado, pero una vez que las encías se ven afectadas la evaluación con el dentista -idealmente un periodoncista- es obligatoria y necesaria, ya que éste debe revisar la técnica de cepillado que utiliza la paciente y eliminar otros factores que puedan estar favoreciendo la expansión de biofilm bacteriano, como son la acumulación de sarro, la presencia de caries o de alguna restauración (tapadura) desajustada o en mal estado, entre otros.

En el caso del granuloma piogénico, dependiendo de lo que arroje la evaluación del especialista, a veces se hace necesaria, además, la extirpación del tejido afectado mediante una cirugía.

"En Chile existe el programa GES Nº66 en salud oral integral de la embarazada, que permite a la madre tratarse este tipo de enfermedades. La atención incluye un examen bucal, refuerzo educativo y entrega de un set de higiene oral, aplicación de medidas de prevención, restauración y rehabilitación, por lo que es importante que las embarazadas soliciten esta prestación. De hecho, el 70% de las mujeres en control prenatal recibe asistencia odontológica de este tipo en los centros de atención primaria de salud del país", asegura la odontóloga Marión Arce.