Viña del Mar tiene rostro de mujer
Marlen Olivari, Andrea Molina, Laura Giannici, Macarena Ripamonti y Paula Arriagada asoman como las protagonistas de una elección inédita. Qué duda cabe, la competencia será quizás la más competitiva de los últimos años y su ganador (a) tendrá una de las misiones más desafiantes en décadas.
Tal como lo diera a conocer ayer a través de El Mercurio de Valparaíso, la reconocida figura televisiva -exmodelo, vedette y showoman, hoy estudiante de Derecho en la UDLA- Marlen Olivari consiguió las firmas necesarias para inscribir su candidatura como independiente para la alcaldía de Viña del Mar, ciudad en la cual la actual jefa comunal, Virginia Reginato, no puede repostularse por la nueva ley de límites a la reelección.
De esta forma, Olivari se suma al selecto e inédito grupo de candidatas ya inscritas para el cargo, como son la exdiputada UDI -también exrostro de TV-, la hoy independiente Andrea Molina, quien representará a la coalición oficialista de Chile Vamos; la concejala de la Democracia Cristiana, Laura Giannici, quien aún no ha sido validada completamente por la Unidad Constituyente, aunque sí por su partido; y la representante de Revolución Democrática, ganadora de las primarias del Frente Amplio, la joven abogada Macarena Ripamonti, y la carta triunfante en las primarias ciudadanas y presidenta de la Fundación Despierta, Paula Arriagada.
En el camino también quedaron la concejala PPD Marcela Varas, quien declinó su candidatura; y su colega UDI, Macarena Urenda, descartada por su propio partido pese al apoyo inicial esbozado por la facción regional del mismo.
Sin mirar en menos a los restantes candidatos (el exseremi Aland Tapia; el presidente del sindicato de trabajadores a honorarios del municipio, Jorge Escudero; el exgobernador marítimo, Rodrigo Vattuone; y el representante de grupos ciudadanos agrupados en el movimiento Alcaldía Territorial, Cristián Mayorga), lo cierto es que la lógica y el favoritismo se inclinan porque el sillón de calle Arlegui vuelva a ser ocupado por una mujer, tal como lo fue históricamente durante los períodos de Virginia Reginato y, mucho antes que ella, Eugenia Garrido.
Ahora, la irrupción de Marlen Olivari ha generado incomodidad en la centroderecha, donde ven que su figura podría traslaparse con el perfil de Andrea Molina, acaso favoreciendo a una figura como la frenteamplista Ripamonti. Algo así como el "sharpazo" del cual hablaba hace algunos días con espanto la diputada y secretaria general de la UDI, María José Hoffmann, en estas mismas páginas.
Tampoco sería inteligente descartar la creciente irrupción de Giannici, acaso la más viñamarina de todas en un escenario en el cual tanto rechazo parecieran causar las figuras foráneas en nuestras ciudades.
Finalmente, qué duda cabe, la competencia será quizás la más competitiva de los últimos años y su ganador (a) tendrá una de las misiones más desafiantes en décadas: buscar la integración definitiva entre cerros y plan, haciendo frente a la cada vez más aguda desigualdad, proyectar la ciudad por los próximos veinte años, limpiar los vicios municipales acumulados durante más de una década y, cómo no, devolver a Viña del Mar al sitial que nunca debió perder.