Caravana compuesta por de 19.000 migrantes colapsa frontera entre Panamá y Colombia
CRISIS MIGRATORIA. En su mayoría haitianos -muchos salieron de Chile-, buscan cruzar la peligrosa selva del Darién para llegar a EE.UU. Los que llegan deportados a Haití vuelven a subir a los aviones desesperados, mientras otros miles se quedarán en México.
Una caravana con cerca de 19.000 migrantes, la mayoría de nacionalidad haitiana y muchos de ellos procedentes de Chile, se encuentra varada en la frontera de Colombia con Panamá, esperando para cruzar la peligrosa selva del Darién, mientras miles de haitianos que migraron en otra caravana decidieron quedarse en distintas ciudades de México, ante la imposibilidad de llegar a Estados Unidos, país que comenzó a deportarlos hace pocos días.
La Defensoría del Pueblo, organismo estatal colombiano, indicó que en los últimos días aumentó el número de migrantes en tránsito que llegan a Necoclí, una de las últimas paradas en Colombia antes de la ruta del Darién, uno de los pasos fronterizos más peligrosos del mundo.
"Hemos podido constatar que hay cerca de 19.000 migrantes en este municipio (Necoclí), con destino a Acandí (Chocó), para su tránsito a la frontera con Panamá", aseguró el defensor Carlos Camargo.
Esa escena se ha repetido en los últimos meses y se han registrado cifras récord de personas cruzando por este paso migratorio, sobre todo población haitiana que viene de Chile y Brasil, donde residen desde hace años, pero que tras la pandemia decidieron emprender su ruta a Norteamérica.
A este colapso se suma el que ocurrió hace unos días en Texas, cuando unos 14.000 migrantes, también en su mayoría haitianos, muchos de ellos procedentes de Chile, fueron interceptados por autoridades locales y comenzaron a ser deportados. Otro punto en el continente que está saturado de migrantes es México: los que no logran atravesar el río a EE.UU., buscan abrirse paso por la sierra. Otros buscan quedarse en el país azteca.
Dramático camino
Los Gobiernos de Panamá y Colombia pactaron dejar pasar a 500 personas al día, pero esa cifra no es suficiente para la cantidad que llega, incluidos muchos menores y bebés.
Las empresas que los transportan desde Necoclí a Capurganá en barco por el golfo de Urabá están respetando el cupo de 250 personas diarias cada una, pero "hay un número indeterminado de personas (...) que deciden cruzar el Golfo de Urabá en embarcaciones ilegales, especialmente en horas de la madrugada", aseguró la Defensoría.
De esta forma se ven expuestos a naufragios y a una mayor vulneración de sus derechos humanos, antes de cruzar el Darién, una densa selva donde además de crecidas de ríos, picaduras de animales y las inclemencias del tiempo, los migrantes se ven expuestos a robos, abusos sexuales e incluso asesinatos en manos de quienes los transportan y de los grupos armados que allí operan.
Más de 18.000 migrantes llegaron a Panamá desde Colombia en julio, según el Gobierno de ese país, y en lo que va de año más de 70.000 personas, de ellos 13.000 niños, han cruzado la región de Darién, cifra que iguala al total de los cinco años anteriores, señaló la Federación Internacional de la Cruz Roja (FRIC).
Esos mismos migrantes se encuentran ahora también varados en la frontera de México y EE.UU., mientras el Gobierno de Joe Biden ya comenzó a repatriar en vuelos a Haití a personas que en muchas ocasiones llevan años sin vivir en ese país y con hijos que no nacieron en la isla.
Drama en aviones
Esta semana se han registrado dramáticas escenas con haitianos que intentaron volver a subirse al avión estadounidense que los devolvió a Puerto Príncipe, por la desesperación de ver estropeados meses de viaje a Norteamérica.
El caos se desató en el aeropuerto Toussaint Louverture, cuando un hombre intentó subirse nuevamente al avión que poco antes había aterrizado y fue seguido por una gran multitud. Los funcionarios cerraron las puertas de la nave y arrojaron hacia afuera las pertenencias que quedaban a bordo.
Desistir de ee.uu.
Durante la última jornada, más de un centenar de migrantes haitianos se agolparon ante la oficina de Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), en Ciudad de México, para intentar regularizar sus documentos y quedarse en el país ante las dificultades que están teniendo sus compatriotas para entrar a EE.UU. Otros miles comenzaron a llegar el lunes a Monterrey.
Mientras, los centenares que lograron salir de Chiapas, saturan albergues y un campamento improvisado en Reynosa, en la frontera norte de México, en una situación recrudecida por el restablecimiento del programa "Permanecer en México", que dificulta el cruce a EE.UU.
70.000 migrantes han cruzado desde Panamá a Colombia durante este año, 18.000 solo en julio.