"Cada espectáculo para ganar votos profundiza la grieta entre la clase política y la ciudadanía"
A sus 32 años, Juan Pablo Rodríguez (Ind. en cupo UDI) ya fue dirigente estudiantil en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, trabajó durante ocho años en la Fundación Piensa y también postuló a la Convención Constitucional, campaña en la que obtuvo más de 12 mil votos, pero no consiguió ser electo.
Pese a ello, el abogado y exdirector ejecutivo del mencionado centro de estudios saca lecciones positivas: "El gran resultado de la elección constituyente lo tomo con responsabilidad y alegría. Sé que a muchas personas les hizo sentido mi mensaje, de una nueva y buena política".
Así, quien fue también destacado como uno de los 100 jóvenes líderes del país por El Mercurio, buscará ser diputado por el Distrito 7 con una propuesta enfocada, principalmente, en la renovación.
- ¿Qué lo motivó a lanzar esta candidatura a diputado?
- Este 21 de noviembre, Chile elegirá entre libertad y comunismo. Un camino de refundación, violencia y populismo versus uno de libertad, responsabilidad y de cambios sin vender la pomada, que es el mío. Lo que he venido proponiendo hace ya varios meses es un cambio en el equipo, que entiendo en tres sentidos: un cambio en la derecha, en el Congreso y en Valparaíso. Los chilenos exigen renovación, pero una renovación responsable. Quiero ser parte de ese cambio en el equipo que estoy proponiendo.
- ¿Cuál es la propuesta que más destaca de su programa?
- La tolerancia cero con la corrupción. Nuestro país tiene heridas profundas porque nuestros líderes políticos, de izquierda y derecha, han decepcionado una y otra vez a la ciudadanía por distintas razones. Solo acá en la región estamos viendo graves acusaciones en contra de Jorge Sharp en Valparaíso o millones de pesos perdidos en Viña. Estoy apostando por una política limpia y responsable que ayude a reconstruir y recomponer la confianza. Una política que no acepta ni tolera la corrupción ni las malas prácticas, vengan de donde vengan.
- ¿Qué aspectos deben cambiar hoy en la forma de hacer política?
- El Parlamento hoy es la peor cara de nuestra política. Simplemente hay que ver los sucesos de estos últimos días. Cada espectáculo de los parlamentarios para ganar votos profundiza la grieta entre la clase política y la ciudadanía. No podemos seguir así, porque la confianza es un valor que cuesta mucho ganar, pero muy poco perder. Necesitamos hacer política de forma responsable, seria y novedosa. Hacer la pega, pero hacerla bien, respetando las reglas del juego. El show de nuestro Congreso estos últimos meses ha sido lamentable y se ha ido acrecentando las semanas previas a las elecciones. El rechazo al proyecto de kínder obligatorio, una serie de proyectos inconstitucionales o la irresponsable acusación constitucional, carente de fundamento y llevada en torno a un circo de malas prácticas legislativas, son solo ejemplos de una agenda populista que busca reelecciones y que posterga urgencias sociales. Proponer cambios no debe quedar solo en el discurso, hay una serie de reformas que se pueden impulsar para superar la crisis política e institucional.
- Dice ser parte del cambio, pero no de "una manera refundacional ni estatista". ¿Por qué?
- Creo que lo que hemos construido en los últimos 50 o 200 años es demasiado importante y no podemos botarlo así sin más. No quiero partir de cero ni dejarle al Estado toda la pega, como quiere la izquierda, sino que construir los cambios a partir de lo que tenemos y con la ayuda de todos, el sector público y también el sector privado.
- ¿Cuáles cree que son las principales necesidades del Distrito 7?
- Trabajo y seguridad. La dignidad de los chilenos está en tener una buena pega y debemos generar las condiciones para eso: libertad económica, certeza jurídica y propiedad privada. Por otro lado, trabajar por restituir nuestro derecho a vivir sin miedo, ponerme siempre en los zapatos de las víctimas y enfrentar de manera decidida el narcotráfico y la inmigración ilegal. Además, la vivienda es un tema central para la región. Lideramos el ranking de asentamientos informales. Casi un cuarto de los campamentos en Chile está ubicado en nuestra región, principalmente en Viña del Mar y Valparaíso, lo cual tiene consecuencias en muchos aspectos de la vida de los vecinos, como la vida familiar. Soy pro familia y eso se traduce, también, en trabajar para que nuestras familias tengan un espacio digno para desarrollarse, quererse y que nuestros niños aprendan valores compartidos.
- ¿Y cómo se proyecta de cara a las elecciones?
- La confianza que muchos depositaron en mí en mayo pasado la veo también ahora. He sentido un apoyo enorme en las calles y en las redes, pero no me confío. Los votos se ganan en la calle cada minuto y ahí estaré, no solo hasta el 21 de noviembre, sino que con un compromiso real en caso de ser electo diputado, de estar presente con la ciudadanía transmitiendo mi mensaje y compartiendo las ideas de la libertad que necesita Chile hoy.
"Nuestro país tiene heridas profundas porque nuestros líderes políticos, de izquierda y derecha, han decepcionado una y otra vez a la ciudadanía por distintas razones".