RECUERDOS DE UN FUNCIONARIO Actor principal
POR DEMETRIO INFANTE FIGUEROA, ABOGADO Y EXDIPLOMÁTICO
Sin lugar a dudas, el actor principal de la trama de la UP o, mejor dicho, del drama, fue quien ejerció la Presidencia de la República desde 1970. Por ello es bueno hacer algunos comentarios sobre este tan particular personaje y algunas de sus características más relevantes. Como indiqué antes, por casi 12 años fui funcionario del Senado, por lo cual me correspondió convivir habitualmente con Salvador Allende Gossens, así como con el resto de los senadores. Más allá de ello, hay mucha literatura que ayuda a responder la inquietud planteada, pero quizás el libro que más aporta es el de Eduardo Labarca Goddard, titulado Salvador Allende, Biografía sentimental (Editorial Catalonia). Eduardo, a quien todos conocíamos como "Guayo" cuando era un joven periodista miembro del Partido Comunista que cubría el Congreso Nacional para el diario El Siglo, era un tipo más bien callado, con una capacidad de observación y de análisis poco habituales. Pero más allá de ello, era hijo de Miguel Labarca Labarca, quien fue el principal asistente político durante toda la trayectoria de Allende. Recomiendo ese libro en su versión definitiva. Allí hay antecedentes de la época que son inéditos. Más allá de develar la intensa vida amorosa de quien todos sus amigos reconocían como "Chicho", entra en consideraciones nacidas de la circunstancia que conoció a aquél desde que era un niño, las que son respaldadas por la cercanía de su progenitor con el personaje que nos interesa. A los dos Labarca los conocí bien y durante los relatos que vienen aparecerán como actores de ciertos acontecimientos relevantes.
Salvador Allende Gossens nació en Santiago el 26 de junio de 1908, ello según su acta de nacimiento. Vio la luz a la una y media de la mañana en la calle España número 6. El documento mencionado echa por tierra dos mitos urbanos. El primero, que había nacido en Valparaíso, cosa que se repite constantemente hasta hoy. No, nació en la capital. El segundo, se refiere a su nombre, pues se le han agregado al verdadero varios otros que resultan hasta graciosos y que son usados incluso por pretendidos historiadores serios. Se menciona, por ejemplo, el de Isabelino. La realidad, de acuerdo a Labarca, es que este agregado fue fruto de una broma de uno de sus grandes amigos, el desatacado intelectual Eugenio González, quien fue rector de la Universidad de Chile y ministro de Educación. Además de la amistad personal, lo unía con Allende el hecho que ambos eran destacados masones. González ironizó sobre su amigo agregando el Isabelino, entre otras cosas, por la costumbre pía del futuro Presidente de acompañar todos los días a su madre hasta la puerta de la Iglesia donde ella asistía a misa. Luego se agregó el de "Salvador Isabelino del Sagrado Corazón de Jesús". Este añadido tuvo su origen en una publicación del diario La Nación en la época del segundo gobierno del General Ibáñez, cuando aquél era dirigido por el discutido periodista Darío Sainte Marie, quien escribía con el seudónimo de Volpone. Este hombre tuvo el atrevimiento de publicar en la primera página del diario del día 10 de octubre de 1958, una especie de galería de nombres con sus respectivas fotografías y pequeños currículos bajo el título de "Principales Maleteros y Contrabandistas en Chile". En pocas palabras, se acusaba a 16 importantes personajes del mundo político de actos deleznables. Allí aparecen junto a Allende, entre otros, los radicales Juan Luis Maurás y Luis Bossay y el comunista Orlando Millas. Como era de esperar, la publicación en mención produjo un escándalo de inmensas proporciones, pero a Volpone poco le importaba aquello, pues tenía el respaldo absoluto del General de la Esperanza. El hecho de marras creó, lógicamente, una animadversión insalvable entre los que aparecían en la "galería" y el entonces director de La Nación. Pero el tiempo y los intereses todo lo cura. Años después, Allende y Volpone fueron no sólo amigos, sino cómplices durante la UP y el periodista desde el diario Clarín, que era de su propiedad, ayudó incondicionalmente al entonces Presidente, entre otras cosas, denostando e insultando a los adversarios políticos de aquél. Sólo para dar un ejemplo, al expresidente Jorge Alessandri lo trataba de "la señora". Pues bien, en esa galería creada por La Nación, Volpone le dio el nombre de "Salvador Isabelino del Sagrado Corazón de Jesús Allende Gossens". Ese es el origen del presunto nombre de quien en realidad fue Salvador Guillermo Allende Gossens.
Sus padres fueron Salvador Allende Castro y doña Laura Gossens Uribe. El progenitor fue un abogado, notario y masón, con quien el futuro Presidente no tuvo muy buenas relaciones. En las innumerables intervenciones de toda su vida política, no hay una sola mención a su padre. Lo que sí tuvo fue una verdadera adoración por su madre. Pero el referente familiar masculino habitual en su vida pública fue su abuelo paterno, el doctor Ramón Allende Padín, quien fue senador radical por el norte, miembro del Ejército chileno en la Guerra del Pacífico e insigne masón, llegando a ocupar en la Logia el cargo máximo de Gran Maestro. El futuro Jefe de Estado estudió en el Instituto Nacional, en el Eduardo de la Barra de Valparaíso y tuvo un breve paso por el Liceo de Iquique. Durante un tiempo vivió en Tacna, cuando dicha provincia era chilena antes de la suscripción del Tratado de 1929 con el Perú. Allí su padre ejerció la profesión de abogado. La verdad -que ha sido oculta- es que si se analizan los certificados de notas de Salvador hijo, su rendimiento escolar dejaba bastante que desear y sus calificaciones eran sólo las necesarias para aprobar los ramos. Hizo su servicio militar por siete meses y 23 días en regimientos localizados en Tacna. En su hoja de vida se señala que fue "un soldado con valer militar y buena conducta" y se graduó como cabo segundo, aspirante a oficial.
En 1926 inició sus estudios de medicina en la Universidad de Chile y es durante esa época estudiantil cuando se integra al Partido Socialista, colectividad de inspiración marxista que tenía una posición muy de "avanzada" en materias políticas y sociales. Una vez recibido de médico en 1932, comenzó el ejercicio de su profesión en Valparaíso, ciudad donde pasó a ser dirigente del PS local. Parte importante de su familia vivía en el puerto o en Viña del Mar. Con su activa vida política, Allende dio la espalda a la alta burguesía, clase de la época a la cual pertenecía su familia y todos sus cercanos. Pero esta postura política rupturista con la de los suyos no cambió en el fondo ciertos aspectos que eran parte de su personalidad, entre otros, el gusto refinado por la ropa de alta calidad, así como sus sofisticadas preferencias gastronómicas. En los 60 y en los 70 los chilenos vivíamos la realidad de que el único whisky que se podía adquirir en los supermercados era uno de dudosa calidad producido en Argentina. No conocíamos ni de nombre que existía un escocés que se llamaba Chivas Regal. Pues bien, en La Moneda de la UP había de éste, pero sólo para consumo personal del Jefe y de sus más cercanos. Se cuenta que un día Carlos Altamirano, quien fue por años uno de los políticos socialistas más cercanos a Allende, le dijo cuando lo visitaba en la Presidencia "convídame un whisky, pero no de ese que le das a la gente, sino que de ese que tomas tú".
Por otra parte, su gusto por el buen vestir se fue acentuando con el tiempo y como parlamentario era reconocido entre sus camaradas por su calidad de "pije". Esta preocupación en el vestir no era muy bien recibida por ciertos "compañeros" de partido. Algunos para desmentir esa tendencia a la elegancia indican que cuando era senador llegaba a veces a las sesiones vistiendo guayabera, rompiendo así con una tradición de decenios en el comportamiento del vestir de los padres conscriptos. Eso es efectivo, pero por haber sido testigo puedo decir que el valor de esa prenda, por la calidad de la tela y el tipo de confección, habría permitido adquirir un traje caro en una buena sastrería de Santiago. Además se fijaba, haciendo sólo a veces algún comentario, en el estilo del vestir del resto. Recuerdo la experiencia personal de haberme cruzado con él en un pasillo del Senado y que con una voz entre autoritaria y jocosa me dijo: "De dónde sacó esa corbata tan elegante". Le respondí: "Es de Saks, Quinta Avenida, senador", pues efectivamente me la había traído de regalo un tío que había viajado a Nueva York. "Con razón es tan bonita". Sabía perfectamente a qué me refería cuando hablaba de Saks. Esto debe haber sido alrededor de 1966.
Pero donde no rompió con su antigua "clase" fue en su aproximación a las mujeres. Como veremos más adelante, fue un gran seductor. Una persona muy cercana a él, a la cual prefiero no identificar, me confesó: "El Chicho era efectivamente muy coqueto". Pero la verdad es que fue más que "coqueto". Sobre este tema él declaraba abiertamente: "Lo único que admiro de la derecha es la hermosura de sus mujeres".