El turismo regional ha sido uno de los sectores más golpeados por la crisis social. De acuerdo a estimaciones previas de la Cámara Regional de Comercio, la ocupación hotelera registrará una baja de 5 puntos porcentuales en relación al periodo de vacaciones del año anterior. Pero el impacto también afecta a variados servicios, como gastronomía, transporte, esparcimiento y al comercio en general.
La baja en el turismo se expresa en una drástica reducción de visitantes extranjeros, especialmente argentinos, y también en la llegada de nacionales, particularmente a Valparaíso y Viña del Mar. Pero la caída es general y también significa desocupación, un 8,1%, más alta que la media nacional que se sitúa en un 7,4% de la fuerza de trabajo, la cifra más elevada desde septiembre de 2011.
En el caso de la Quinta Región, cifras del INE, los ocupados en el trimestre móvil noviembre-enero retrocedieron en 12 meses en un 1,8%, equivalente a 15.841 personas.
Es un hecho que la crisis social, el daño a los espacios públicos y privados, ha tenido una incidencia definitiva en esas cifras, afectando actividades permanentes y limitando la creación de empleos estacionales del verano.
Puntualmente, el esperado efecto positivo en el turismo del Festival de la Canción se transformó en un brutal impacto negativo, con un grave daño material a Viña del Mar y también a su imagen, convirtiéndose a la vez el espectáculo mismo en una complaciente tribuna de la violencia que ha acompañado a las demandas sociales.
Otro factor inquietante para la actividad turística es la temida presencia del coronavirus, cuyos efectos se conocerán en los próximos meses.
Pero con un ánimo optimista, la gerenta general de la Cámara de Comercio, Marcela Pastenes, asegura que "seguiremos trabajando para promover este destino y ofrecer las mejores experiencias turísticas en la Región de Valparaíso", y a la vez, insiste en que "se resguarde la seguridad pública", solitud lógica, pues el turismo tiene como base la tranquilidad para el visitante. El mismo planteamiento formula, con una mirada nacional, Helen Kouyoumdjian, vicepresidenta ejecutiva de la Federación de Empresas de Turismo de Chile, quien pide al Gobierno que "genere las condiciones para poder trabajar". Añade la ejecutiva que para 2020 se espera una baja del 11% en la actividad.
Tras todas estas cifras, de notoria importancia para la Región de Valparaíso, hay personas, seres humanos que han perdido inversiones, empleos y oportunidades. Y también está el grave deterioro que ha sufrido y sufre la imagen de la región y el país dentro de la oferta turística global, competitiva y sensible. Sin ánimo de derrotados, hay que trabajar por recuperar los valores perdidos, tarea para el sector público y también para el privado.