"Pasó del protagonismo y de echarse al bolsillo el feminismo, a la irrelevancia en defensa de la mujer"
El 16 de enero, la Cámara de Diputados aprobó por 52 votos a favor, 42 en contra y 4 abstenciones la interpelación a la ministra del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, Isabel Plá, luego que un grupo de 56 parlamentarios de oposición formalizara la presentación de una de las herramientas con que cuentan los diputados para fiscalizar. Camila Rojas (del Partido Comunes), quien será la encargada de realizar las preguntas, adelanta cuál será el escenario que se vivirá hoy en el hemiciclo, a partir de las 16 horas.
"La ministra no puede demorar nueve días en reconocer que hay denuncias de violencia política y sexual", subraya.
- ¿Cómo se está preparando?
- Nos preparamos desde antes del receso legislativo, reuniéndonos con organizaciones feministas y trabajadoras del Ministerio. Ellas nos han apoyado con insumos y puntos de vista relevantes para llevar adelante este proceso.
- ¿Por qué decidieron interpelar a la ministra?
- Consideramos que hay preguntas sin respuesta en el debate público, asociadas a un silencio en el que ha incurrido el Ministerio de la Mujer y quien lo encabeza, respecto de cómo se ha enfrentado desde el aparato público la epidemia de femicidios que sufre nuestra sociedad. También, con mucha urgencia, cómo se ha enfrentado la violencia política sexual que han denunciado mujeres tras el 18 de octubre. La ministra tiene que estar con las mujeres y no la hemos visto cumpliendo ese rol. Ella no le creyó a las víctimas de violencia política y sexual. Creo que es de interés de todas las mujeres de Chile saber cuál ha sido el trabajo de la ministra Plá. Nosotros tenemos una visión que tiene que ver con su ausencia, pero quién mejor que ella para aclarar cuál ha sido su intervención.
- ¿Cómo abordará la interpelación? ¿Cuáles serán más o menos los temas en que centrará el foco?
- La interpelación está planteada en dos ejes: el de violencia hacia las mujeres, principalmente enfocadas en femicidios durante la gestión de la ministra, y las medidas, coordinaciones y disposiciones tomadas en favor de evitarlos. Por otro lado, la violencia, especialmente político sexual, que han sufrido mujeres y disidencias sexuales a lo largo de la revuelta social y las medidas orientadas a que éstas no se produzcan, considerando reconocimiento y reparación cuando se han cometido.
- ¿Qué hubiera esperado de ella en este tiempo en términos de su gestión? A su juicio, ¿cuál habría sido el piso mínimo que le pediría a una mujer en ese cargo?
- La violencia acaecida durante el periodo de la revuelta nos devuelve a 30 años atrás. Estamos ante la sombra de una continuidad histórica de la falta de respeto por los DD.HH. por parte de las policías y vejaciones hacia las mujeres, siempre el primer botín de guerra para uniformados. Habríamos esperado, en primer lugar, creerle a las víctimas. Y la verdad es que este ministerio no le ha creído a las víctimas de violencia política y sexual, ni el Estado ha protegido a las mujeres: entre 2007 y 2017, el 40% de las mujeres víctimas de femicidios habían denunciado a su agresor. Entonces, el piso mínimo era tomar acciones decididas para evitar que esto ocurriera y vemos a la ministra lejos de ello, lejos de cumplir ese mínimo.
- ¿Considera que como ministra del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género no ha dado el ancho, que está el debe?
- Como ministra ha sido parte de un largo capítulo de vaciamiento e intrascendencia del ministerio. Ella misma pasó de un protagonismo total en 2018 -intentando echarse al movimiento feminista al bolsillo- a jugar un rol irrelevante en la defensa de los derechos de las mujeres. En los últimos cuatro meses ha estado ausente, en contraste a sus inicios cuando opinaba de todo. Esa es nuestra crítica principal, su ausencia, y que dicha ausencia no es inocua porque tiene efectos en la vida de las mujeres.
- ¿Cree que ello obedece a que la ministra participa de un gobierno de centroderecha?
- Más allá de las legítimas opciones personales, una ministra de esta cartera debe proteger la vida de las mujeres y su seguridad. La ministra puede estar en contra de las demandas planteadas por la ciudadanía en las calles, nosotras demandamos que tome acción para que las policías no cometan atrocidades con ellas en caso de ser detenidas. La ministra puede estar en contra de que se organicen las mujeres trabajadoras de su ministerio, Sernameg y casas de acogida, pero no puede precarizar a las mujeres ni los programas que atienden a las víctimas de violencia. No puede demorar nueve días en reconocer que hay denuncias de violencia política y sexual.
Subtitulando
- Ya comenzó la campaña del Apruebo y el Rechazo de cara al plebiscito del 26 de abril. Una comisión mixta deberá zanjar si habrá o no paridad. La pregunta es: ¿puede haber un proceso constituyente sin paridad?
- Nuestra interpelación no está concentrada específicamente en la paridad; sin embargo, nuestra coalición, el Frente Amplio y, específicamente, yo misma como diputada, he participado activamente por la formulación y defensa de un mecanismo de paridad que establezca una corrección "de salida". Por cierto, no habrá proceso constituyente real y que atienda los problemas que lo hicieron necesario sin romper los actuales cuoteos y desanudar la participación de quienes somos el 51% de la población.
- El Presidente Piñera protagonizó una nueva polémica al señalar que "a veces no es solamente la voluntad de los hombres de abusar, sino también la posición de las mujeres de ser abusadas" al promulgar la Ley Gabriela, que aumenta las penas en caso de femicidio. ¿Qué le parecen los dichos?
- Son de una insensibilidad tremenda con la realidad que viven las mujeres. Carga la responsabilidad a las víctimas y lo hace frente a familias que ha padecido directamente las consecuencias de la violencia machista. La incontinencia verbal del presidente es sistemática. No le interesa el mensaje nacional e internacional que nos dejó Lastesis: la culpa nunca la tenemos las mujeres, ni dónde estábamos ni cómo vestíamos. Es de una irresponsabilidad tremenda, es violencia institucional del Estado de Chile, del Jefe de Estado hacia todas las mujeres del país. No es el rol de una ministra de Estado estar subtitulando las alocuciones del Presidente, sobre todo si todos escuchamos lo que dijo.
- ¿Por qué?
- La ministra intenta explicar lo inexplicable, su respaldo al Presidente sólo la hace cómplice y responsable de los abusos hacia las mujeres, tal como hace unos meses lo fue su silencio cómplice.
"No es el rol de una ministra de Estado estar subtitulando las alocuciones del Presidente, sobre todo si todos escuchamos lo que dijo".
"En los últimos cuatro meses (ella) ha estado ausente, en contraste a sus inicios cuando opinaba de todo. Esa es nuestra crítica principal, su ausencia, y que dicha ausencia no es inocua porque tiene efectos en la vida de las mujeres".