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Tratativas en la centroizquierda
Pese a ser el sector que más despotenciado podría verse de cara al próximo periodo legislativo, la búsqueda de candidatos parece un poco más difusa. Así y todo, tibiamente se asoman algunos rostros, tomando en cuenta que dos de sus cartas en la costa y una en la zona interior no pueden repostular.
En la DC, por ejemplo, tendrán el importante desafío de buscar un nombre para ocupar el lugar que dejará Víctor Torres en marzo próximo. En ese escenario, resalta como un posible interesado el exdirector regional del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (SENCE) y experto en temas laborales, Esteban Vega Toro, reconocido militante de la Falange en la zona; así como el otrora consejero regional y magíster en Ciencias Políticas, Rodrigo Bustos Cáceres. Tampoco podría descartarse a los candidatos a la constituyente, Paz Anastasiadis (exseremi de Justicia) y Raúl Burgos Pinto (académico del Instituto de Historia PUCV), quienes obtuvieron buena votación dentro de la Lista del Apruebo.
En el caso de la zona interior, lo principal será lograr la reelección del diputado y médico cirujano, Daniel Verdessi, quien sacó 11.571 votos en 2017. Una de las opciones para ir en lista con el exconcejal de Quilpué, es la ex directora regional del Servicio de la Mujer y Equidad de Género (Sernameg) y otrora Dideco del municipio de Quillota Waleska Castillo, quien ya compitió por la misma zona hace cuatro años, obteniendo 7.374 sufragios; una cifra que mejoró este años por la constituyente, llegando a 7.764.
En el caso del PPD, un nombre que incluso surgió de cara a la Gobernación Regional es el de Marco Antonio Núñez, que en 2017 rechazó repostular como diputado y compitió por un cupo en la Cámara Alta, quedándose con el 2,98% de las preferencias. Con una dilatada trayectoria política, que además de sus 12 años en el Congreso incluye un periodo como intendente de Valparaíso (2002-2003), podría ser una de las cartas fuertes del partido, aunque su vínculo es más fuerte con las comunas de la zona cordillera. En la costa, aparecen dos nombres con importante experiencia en el sector público: Katherine Araya, exseremi de Gobierno, y el ex subsecretario de Telecomunicaciones, Pedro Huichalaf.
En el caso del PS, claramente quien correría con mayor ventaja por el puesto del diputado Marcelo Schilling, es el ex alcalde de Calle Larga, Nelson Venegas. Imposibilitado de ir a la reelección por la comuna que comandó durante tres periodos, el socialista dejó su cargo en noviembre del año pasado, luego de deslizar en varias oportunidades que iría por el Parlamento. "Más allá de mi militancia política, tengo un sentido de ser aconcagüino, nací en Los Andes, fui alcalde de Calle Larga, he trabajado como abogado en San Felipe, entonces soy esencialmente aconcagüino", dijo a este diario, un día antes dar un paso al costado.
Quien también aparece como carta en el socialismo es el exintendente regional, Ricardo Bravo, quien se desempeñó en el cargo entre 2014 y 2015, además de ser gobernador de la Provincia de Valparaíso (2006-2010) y competir por un escaño en el antiguo Distrito 14 en 2013.
Riesgos de la incorporación forzada
Más allá de los nombres que se puedan buscan en uno u otro bando, lo cierto es que las fuerzas políticas deben tomar en consideración algunas materias que están en plena discusión legislativa. La primera de ellas, dice relación con el proyecto que busca reponer el voto obligatorio, que surgió en el marco de la baja participación que tuvieron las últimas elecciones, donde hubo cerca de un 58% de abstención. La iniciativa fue despachada para su discusión en sala por la Comisión de Gobierno Interior el miércoles recién pasado, luego de rechazar algunas indicaciones, como la que buscaba bajar a 65 años la edad para excusarse de asistir a las urnas.
Al respecto, el cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, sostiene que de aprobarse esta normativa, hay dos hipótesis en juego: "La primera, es que los electores que no votan tienen preferencias similares a los que actualmente están votando, por lo que su incorporación no generaría grandes cambios. La segunda, es que los electores que no quieren votar, pero que se ven obligados a hacerlo, respaldarán candidaturas exógenas a los partidos tradicionales, o pasarán a engrosar la porción de votación nula y blanca".
"Esta segunda hipótesis cobra fuerza si pensamos que esta obligación sería percibida como un especie de imposición por parte de la elite tradicional. Si ya hay rabia hacia esa elite -cuestión que se ha expresado en la calle- esto podría agudizarse, siendo esa rabia canalizada ahora en las urnas. Por tanto, es evidente que los partidos se exponen a un riesgo, que es natural cuando se generan procesos de incorporación forzada. Los partidos ya fueron castigados en la elección de convencionales", agrega Morales.
En la misma línea, el experto electoral estima que con el cambio "intuitivamente se podría decir que los partidos de derecha serían los más damnificados. Su base electoral más fuerte está en comunas en que hay altas tasas de participación con voto voluntario, por lo que con la restitución del voto obligatorio, esas comunas sólo podrían incrementar marginalmente su participación. En el resto, y especialmente en las comunas populares, un incremento en la participación difícilmente favorezca a la derecha, y la impresión que queda, es que ahí gana la izquierda o los independientes".
Ascenso de los independientes
Por su parte, el analista político de la Universidad Andrés Bello, Felipe Vergara, sostiene que esta obligatoriedad abre puertas, al mismo tiempo que genera incertidumbre, argumentando que "uno hoy día sabe cómo votan los chilenos, porque ese 45% que concurre a las urnas, es el histórico, muchos de ellos se inscribieron para el plebiscito de 1988 y se han mantenido sufragando. Se ha incrementado un poco el padrón, porque hay otros que no votan, pero en general, es bastante estable y eso, a muchos incumbentes, les conviene, saben a dónde dirigir el mensaje".
En el caso de que se concrete este proyecto, Vergara sostiene que "el espectro se amplía mucho y el resultado, claramente, es bastante incierto. Creo que beneficie a los independientes, que hoy han demostrado posibilidades de llegar a roles importantes, a aquellos que han competido contra incumbentes sin tener posibilidad, pero al aumentar un 55% el padrón, esto le generaría problemas a los que están actualmente en el Parlamento. Obligaría a modificar los discursos, porque este es bastante homogéneo y uniforme en el tiempo. Ahora, entras a competir por un público que no participa de política, pero que ante la eventualidad, tiene que ir a votar".
"Se modifica bastante el panorama. Las redes sociales van a volver a ser importantes y acá hay también un tema de recursos: si quieres posicionarte, vas a tener que invertir más en medios no tradicionales de comunicación, que son por los cuales hoy día se informa ese porcentaje de apatía electoral. Se abre el abanico para nuevos candidatos, para rostros regionales, comunales, para personajes que no tenían ninguna posibilidad de acceder", sentencia el docente. 2